Hoy como todos los martes me levanto con la idea de la columna de la semana, antes de escribir, como la rutina lo impone, prendo la televisión para ver las noticias del día acompañado de café bien espumante. Las noticias también siguen una rutina, nunca faltan los accidentes de moto, los asaltos multimillonarios, la suba del precio de la canasta familiar, la farándula con sus escándalos, etc.
Hace mucho no me quedo helada frente al televisor cuando veo la noticia de una joven de 24 años, laburadora, sostén de una familia numerosa que vive a kilómetros de la capital, la cual ella tuvo que abandonar para alcanzar un futuro mejor, le faltaban 5 materias para recibirse de abogada, tal vez pretendía luchar contra las injusticias que nos desayunamos todos los días, está joven que fue asesinada por un fulano que tal vez buscaba unos cuantos guaraníes para sacarse la fisura del crack.
El presunto asesino, un joven de 16 años que ya contaba con antecedentes fue apresado está mañana en Ciudad del Este. Y se viene la lluvia de indignación, pedidos de justicia, que lastimosamente, a lo sumo durara una semana, pues luego tendremos que seguir con nuestras vidas mortales, como la rutina lo impone.
La historia se repite por desidia de las autoridades, sí. Como las instituciones no están preparadas y las leyes están llenas de trampas, con abogados volando como buitres por unos 200.000 guaraníes, a este chico lo sueltan o dejan que su caso “expire”. Una lastima. Un adicto y asesino suelto en las calles es como soltar a un perro con rabia en un jardín de infantes.
Cuando los organismos encargados se organicen y no solo creen campañas publicitarias que queden para el histórico que utilizan al pedir dinero todos los años para apoyar nuevas campañas y luego nada, estos jóvenes delincuentes seguirán cometiendo crímenes. Cuando a estos jóvenes se les demuestre que sí tienen algo que perder, no andarán por la vida como si no tuvieran nada; con un plan de reinserción social, con una buena clínica para el tratamiento de adicciones, con grupos comunitarios de apoyo a personas que quieren salir de este flagelo por lo menos la sociedad podrá decir y sentir que se quiere hacer algo. Hasta ahora no tenemos nada de eso, y nos resta seguir con el miedo de que estos jóvenes adictos a drogas como el crack anden por las calles sedientos de muerte como esos zombis de las películas que vemos en el cine, atacándonos sin conciencia por unas míseras monedas para saciar sus ganas de drogarse. Y la película siempre repite.
Patricia Silva Casco es Comunicadora. Hace un poco de radio (www.1035.fm) y colabora con www.agendarte.net. Nacida en Asunción del Paraguay pero malcriada en la fronteriza Ciudad del Este.