Lo que fue el primer semestre de 2013 para la educación pública paraguaya, con paros esporádicos en un principio, se agravó luego de las vacaciones de invierno. El año lectivo oficialmente no podrá recuperarse, tanto los estudiantes como los docentes sienten esta pérdida, pero no pretenden claudicar, están luchando por sus derechos, por una jubilación digna y si no lo hacen ahora, cuándo lo harán?
En las redes sociales se pueden leer a los padres disconformes con la medida de los docentes, incluso padres cuyos hijos no acuden a las escuelas públicas, las instituciones privadas continúan funcionando normalmente. Estos padres desaprueban la huelga y no escatiman en lanzar ofensas a los docentes, tratándolos de haraganes, ignorantes, irresponsables, qué contradictorio, no? Exigir que “haraganes, ignorantes e irresponsables” dejen la huelga para que vuelvan a las aulas a impartir clases a sus hijos. Otra ironía es la de llamar de delincuentes a los docentes, que apenas perciben un salario que desde cualquier operación aritmética indica que ese número no alcanza para sobrevivir un mes. El salario del docente paraguayo se encuentra entre los más bajos de América latina, algunos de ellos deben cubrir hasta 3 turnos para llegar a fin de mes dignamente, lo que implica que trabajen de 7 a 22hs, es decir, hasta 15 horas diariamente, unas 75 horas a la semana. Otros padres, solidarizándose con la medida, se organizaron y dan clases de apoyo a los alumnos en algunas instituciones mientras los maestros se manifiestan.
Si bien la huelga es una medida de fuerza de medios pacíficos siempre lleva potencialmente en su interior la violencia como medio de manifestación. La autoflagelación es una de las medidas extremas y en la fecha se anuncia que alrededor de 50 docentes iniciaron el ayuno por tiempo indefinido. En todos los casos la Huelga es el recurso final adoptado por los trabajadores para defender sus derechos cuando han fracasado las conversaciones de conciliación, los reclamos de esta Huelga son la modificación de los artículos 8, 13, 14 y 15 del proyecto de ley de jubilaciones.
Muchos de los estudiantes no dimensionan la magnitud de los reclamos de sus profesores, ni los propios padres están en condiciones de explicar a sus hijos, la palabra “manifestación” o “huelga”. Con la educación se da el mismo fenómeno que con otros servicios públicos, el ciudadano no se siente verdaderamente afectado porque utiliza la “versión” privada de esos servicios. No se identifican con los docentes porque sus hijos van a una escuela privada, así como no se indignan con el transporte público porque utilizan sus vehículos o transportes privados para movilizarse. Hay que entender que en este momento algunos docentes jubilados sólo perciben menos de 800.000 guaraníes, la intención es que la cifra llegue a cubrir al menos el salario mínimo mensual para subsistir dignamente, por este motivo los referentes de la Federación de Educadores del Paraguay (FEP) señalan que es necesario una inyección de 5.000 millones de guaraníes al año.
Patricia Silva Casco es Comunicadora. Hace un poco de radio (www.1035.fm) y colabora con www.agendarte.net. Nacida en Asunción del Paraguay pero malcriada en la fronteriza Ciudad del Este.
