Era domingo, ya cerca del mediodía, como es costumbre en algunas familias, ese día se reunían para “almorzar afuera”, generalmente en los patios de comida del super. En Ciudad del Este, tal vez, las familias se reunían alrededor de la mesa, tomando tereré mientras veían algún programa enlatado que pasaban por los canales de aire paraguayos. De pronto un enlace en exteriores interrumpía el programa, un presentador importante anunciaba un principio de incendio en un supermercado, “al parecer hay victimas” decía el presentador, aún no dimensionábamos la magnitud de la tragedia que en las siguientes horas íbamos a acompañar por tv, al menos los que nos encontrábamos a kilómetros de distancia.
Luego de un par de horas, la catástrofe era oficialmente anunciada, las líneas telefónicas se vieron colapsadas, todos llamábamos a parientes o amigos que podrían haber ido ese domingo a realizar las compras del super o almorzar en el lugar. El Barrio Trinidad era un punto estratégico donde vecinos de otros barrios o localidades acudían también a ese supermercado.
A las 11:20hs de ese domingo fatídico quedó tatuado en la memoria de todos los paraguayos. Familias enteras quedaron desmembradas, todo por cerrar las puertas. Bastaron sólo algunos minutos para apagar innumerables vidas en ese local que hasta hoy se sostiene como símbolo de lucha por la justicia y como recuerdo de lo que fue la mayor catástrofe civil de nuestro país.
Cada año, desde aquel 2004, el 1 de agosto a las 11:20hs se realiza un acto en recordación a las 400 victimas. En el acto piden justicia a las autoridades así como no dejan en el olvido la desidia de los entes responsables.
Un hecho que difícilmente podamos olvidar, aún queda en la memoria de muchos esa tragedia, no es de sorprenderse cuando apenas escuchamos un ruido extraño en algún supermercado y el susto se apodera de los presentes. Y lo peor de todo es que no aprendimos nada, todavía vemos edificios precarios donde se congregan miles de personas diariamente, especialmente en el microcentro de Ciudad del Este. Las autoridades siguen obnubiladas por la avaricia permitiendo poner en riesgo la vida de las personas.
Imagen de http://ycuanuncamas.org
