Este 25 de agosto se celebra el Día del idioma Guaraní que cumplirá 45 años de ser considerada lengua nacional del Paraguay, reivindicándose en la nueva Constitución Nacional de 1992, junto al castellano, como lengua oficial de nuestro país. A pesar de padecer atentados, es una lengua que continúa sobreviviendo, después de emerger de guerras devastadoras, de padecer discriminaciones por parte de los propios paraguayos que en un pedestal imaginario de urbanidad la consideraban chabacana. El guaraní hasta fue culpable de que los paraguayos hablemos mal el castellano, como si hablar otro idioma entorpeciera. Hasta hoy día convivimos con generaciones de paraguayos sin hablar guaraní, en cambio en las colonias, o incluso en el extranjero se sabe que es una lengua valorada. También en Mato Grosso y en Corrientes, ciertos municipios la oficializaron junto con sus respectivos idiomas nacionales.
De cierta manera, el guaraní va adquiriendo espacio considerando los desprecios recibidos hasta nuestros días. En la época del presidente Carlos A. López, en una de las escuelas más prestigiosas, de tinte particular, se castigaba con un anillo de bronce en el dedo al alumno que hablaba el guaraní, la posesión de dicho anillo “garantizaba” el azote los sábados (según el historiador Efraím Cardozo). Luego de la Guerra Grande (la Guerra del Paraguay en Brasil, Argentina y Uruguay) el idioma guaraní llegó a agonizar, estuvo tal vez a punto de ser eliminado, por cuestiones estratégicas, los aliados castigaban a todos aquellos paraguayos que lo hablaban, de esa manera la lengua paso a ser de uso prácticamente “intimo”. Hasta hoy día en los estratos sociales elevados hablar guaraní en algunas familias es considerado vulgar. Todavía se siente esa discriminación entre las generaciones propiamente urbanas y las que migran del campo a la ciudad, pero en menor medida, ya que al parecer hay un despertar colectivo donde la revalorización de lo nuestro está antes que la apariencia de status imaginario al no hablar un idioma nativo. Incluso el desprecio al guaraní puede llegar a ser un escándalo farandulero, como el caso de la conductora de este estilo de programas, Carmiña Massi, que el año pasado denigro a la lengua guaraní en su cuenta de twitter.
Así como algunos desprecian está lengua, muchos otros la están revalorizando, y eso podemos sentirlo en el arte en sus manifestaciones menos pensadas. Hace un par de semanas, la agrupación de metal esteño, KUAZAR, formo parte de un documental producido por la BBC sobre la nueva música indígena en América Latina, de cara al Día Mundial de Poblaciones Indígenas que celebra Naciones Unidas cada 9 de agosto. Otra agrupación, también esteña, REVOLBER, que forma parte del soundtrack de la taquillera película paraguaya “7 Cajas”, título su 2do álbum como “Ka´í – Mono – Macaco”, fusionando/misturando de está manera los 3 idiomas hablados en nuestra frontera. Pero no sólo en la música, el cine paraguayo se caracteriza por la valorización de nuestro idioma, “Hamaca Paraguaya” de Paz Encina, ganadora de un premio en el Festival de Cannes en el 2006 es completamente hablada en guaraní, y el jopara es inevitable en todas las producciones de sello nacional.
Agosto es un mes que exalta la paraguayidad. El 14 fue el día de la Bandera, uno de los símbolos patrios, el 15 la Fundación de la Ciudad del Asunción, también el Día de la Guaranía, y del Folklore y el Día del Niño, que en nuestro país tiene más tinte de homenaje que marketinero. Calendarizar estás expresiones culturales nos obligan a rendir un merecido homenaje a la riqueza cultural que tenemos.
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