Está semana se dejó entrever la limitación de esta frase constitucional: “indivisible y descentralizado”, que según el Art. 1 de la Constitución Nacional del Paraguay.
El proceso de descentralización coincide con el de la democratización, un proceso en el que estamos aún en la etapa de aprendizajes y errores, pero que no justifican ciertas cuestiones como la necesidad de trasladarse 350km para un simple sello o el pago de algún impuesto. La informalidad se alimenta de estas trabas, y el Gobierno, en vez de facilitar las herramientas para la formalización, colabora con este flagelo que casi forma parte de una marca registrada de los paraguayos, la informalidad.
Muchos estudiantes que finalizaron el colegio en el 2012, este año se topan con que deben abonar un monto extra para la certificación de sus documentos (certificados de estudio y título de bachiller) si quieren iniciar la carrera universitaria, y si esto sucede en Ciudad del Este, una ciudad que caracteriza a sus habitantes por contar con los recursos para sobrellevar estos trámites, puedo imaginarme como se verían las zonas más lejanas y aun más precarias del país, como el norte (Chaco en general) y el extremo sur (Paso de Patria, ciudad ribereña del departamento de Ñeembucú).
Además del trámite del certificado de estudios y el título, le sumamos el trámite de un documento importante, el pasaporte, que puede ser gestionado en la capital departamental, pero para retirarlo, 40 días después, sólo en la capital del país, en Asunción, nuevamente debe tenerse en cuenta el plus que conlleva un viaje sólo para tramitar documentos, perdida de tiempo y dinero que podría ser invertido en otro asunto si fuésemos realmente un país descentralizado. Este caso particular, lo vivieron estudiantes de la UNE que en febrero se embarcan al extranjero, dentro del programa de intercambio estudiantil con distintas universidades de la región, entre ellas la UNESP, en Sao Paulo, Brasil. Uno de los alumnos me decía que es indignante que tuvieran que ir a retirar sus documentos de Asunción, siendo que ellos son de Ciudad del Este.
Otro punto que nos descuenta está falsa descentralización es la pérdida de la identidad de cada región, viéndose envuelta por un Paraguay característico que sólo corresponde a la capital del país, cuyos problemas, obviamente son muy distintos a los que se suceden “pasando Calle Ultima” (la Av. Madame Lynch, conocida como Calle Ultima, es uno de los limites de la capital del país, Asunción). Está concentración cultural nos priva de conocer regiones con una riquezas autóctonas de cada región.
Lo que está semana resalto la idea de “indivisible” fue la disminución en el precio del pasaje en el transporte público que sólo afecto al Departamento Central, siendo que el Decreto que formulaba el descuento de Gs 200, debido a la baja en los precios del combustible, fue Presidencial. En Asunción y Gran Asunción, el costo del pasaje es actualmente de Gs 2.100, con ómnibus más modernos que los que contamos en Ciudad del Este, cuyo costo del pasaje es de Gs 3.000, en unidades que se destartalan en las calles, poniendo en peligro la vida de los usuarios. Para decisiones así, somos descentralizados, y nunca para cuestiones que pudieran aventajar a la ciudadanía.